sábado, 28 de febrero de 2009

Ahi quedó !!!


A mediados de los 90, un sábado como otro cualquiera me desperté con la sinfonía de los pajaritos, como si de un toque de diana se tratara, y me puse a jugar a mi ansiada “súper Nintendo” cual fue mi sorpresa al escuchar por debajo de mi casa marchas de Semana Santa, no tardé en asomarme a la ventana, ¡era un pasito! ¡Y lo llevaban niños!
En ese mismo momento supe que debía estar ahí.
Sin mediar palabra baje a la calle, hacía un sol radiante y me enteré que ensayaban todos los sábados, ¿de qué hermandad sois? ¿Las Penas de qué? Ah de aquí de Santiago…
Al día siguiente mi madre me llevó a Salvador, ahí cerquita de la corredera, y con 1.500 pesetas me compró mi primer costal. Llegó la igualá y no pude entrar, era muy chico, pásate el año que viene tío y bebe mucha leche que crezcas, me dijeron, !no! yo no me voy, ¿Puedo quedarme?, yo llevo la radio…al final ese año acabé saliendo de canastilla, me encantó esa virgen.
Al siguiente tampoco daba la talla, pero yo, como si de un costalero mas se tratara, cada sábado costal en mano iba a ensayar y me metía debajo del pollero de la virgen porque no llegaba a otro sitio. No había noche que no rezara a ella para que me diera unos centímetros más de altura para poder sacarla.
Una vez dentro de la cuadrilla tu me diste una identidad, Pedrito, me animaste a seguir hacia delante, mis estudios, mi trabajo y sobre todo me indicaste un camino, camino con altibajos, como los buenos caminos, me diste amistades, que por supuesto nunca olvidaré, ni a las que hoy por hoy perduran, como a las que se quedaron en el camino, a las cuales les mando de todo corazón mi mas sincero y humilde abrazo.
Digo humilde porque en el fondo sabéis como soy, aunque ahora no lo queráis ver, tengo mis más y mis menos, pero sabéis que no soy mala persona.
Hubo un momento que me alejé de ti Señora, pero tu mejor que nadie sabías que no era un adiós, si acaso, un hasta luego.
Cuando me fui me dijiste que iba a volver y tenías toda la razón, me quedaban dos años que disfrutar todavía, los cuales agradezco a la junta de gobierno que confió en mi, pero esta vez si que si, me tengo que ir, para pena de algunos y alegría otros. Solo quiero que sepas que lo hecho lo mejor que e podido y espero q las nuevas generaciones que entren lo sigan haciendo.
Ahora me centraré en el Cristo como tú me pediste en su día, pero no intentes evitar que en mi corazón siga habiendo un hueco para ti, y con lágrimas en los ojos te digo que pasarán los años, envejeceré, me casaré, pero tu seguirás estando ahí, igual de guapa que siempre, aunque muchos de nuestros hermanos te miren como algo secundario, sabes que no, sabes que siendo la mas chiquita eres lo mas grande que hay en el barrio y solo te pido que no te vayas y que el día de mañana guíes a mi hijo igual que lo hiciste conmigo.


Siempre tuyo, PEDRITO

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